Carnófago es un viejo conocido que, en mi opinión, no ve el juego que merece en Pauper. Como no lo hace la baraja en la que mola, Suicide Black. Cuando yo tomé primer contacto con el juego, allá por Tempest, esto lo partía cosa fina. Carnophage, Dauthi Slayer y Dauthi Horror son un trío calavera que los jóvenes deberíais probar.
Sí, soy más viejo que las montañas. Qué tiempos. Pero bueno, vamos al turrón.
Carnófago es a la vez un gran ejemplo y una gran excepción (bueno, ya no tanto) de lo que hace el negro. Respecto a lo primero te da poder a cambio de un precio que habitualmente es pérdida de vida, algo de lo que el mayor exponente es sin duda el bueno de Bob.
Lo segundo empezó (valga la redundancia) como una excepción, ya que se suponía que negro no tendría criaturas eficientes (slot reservado a los recursivos caballeros y soldados blancos, a las bestias pardas baratas en verde, y quizá en menor medida a rojo con los sempiternos goblins), pero bien sabemos que esto ha cambiado de un tiempo a esta parte con el cobro de importancia de las criaturas en el juego por lo que ahora tenemos Geralf’s Messenger, Vampire Nighthawk y el en mi opinión muy infravalorado Desecration Demon.
Dicho esto, Carnphage queda como un favorito de la peña casual, un icono de su correspondiente set, y una herramienta a tener en cuenta en Pauper Suicide Black, una baraja que no es Tier pero que siempre gusta, y que de cuando en cuando se marca algún 5-0.
Podéis montarla en el MOL y hacer un pantallazo. Recordad que no necesitáis tener las cartas para montar el mazo.